El Pueblo Mágico de Real del Monte, enclavado en las montañas de Hidalgo, ofrece una de las celebraciones patrias más entrañables del país. Su ambiente minero, sus calles empedradas y la neblina que suele envolver al pueblo al caer la tarde, hacen que el 15 de septiembre aquí tenga un sabor muy distinto al de las grandes ciudades.

La noche comienza en la plaza principal, punto de reunión de familias, turistas y locales. Desde temprano, el espacio se llena de luces, música y el aroma de antojitos mexicanos. La arquitectura colonial combinada con las huellas del pasado inglés del pueblo se convierte en un escenario único para la fiesta.

Uno de los momentos más esperados es la recreación del Grito de Independencia, cuando los pobladores, vestidos como insurgentes, recorren las calles recordando la gesta de 1810. En los balcones históricos de la iglesia principal se rememora el grito lanzado por Ignacio López Rayón el 16 de septiembre de 1812, considerado el primero realizado fuera de Dolores. La emoción del momento contagia a todos, que al unísono gritan: ¡Viva México!